El gobierno argentino no avanzó todavía en su intención de aprobar en el Congreso la llamada “renta inesperada”, un gravamen para empresas que registren ganancias netas imponibles superiores a los 1.000 millones de pesos. Sí avanzaron en esa línea en Italia, con su impuesto a los beneficios “caídos del cielo”, y también hacia ese lado va ahora Reino Unido, con un impuesto temporal a las empresas energéticas que a partir de la suba de precios –producto de la guerra– están obteniendo ganancias superiores a las estimadas.